El manifiesto pedagógico promovido por la red INRES (Investigación y Renovación Escolar) hace unos principios orientadores de la escuela que necesitamos.
Se pueden añadir algunas propuestas para continuar, matizar, ampliar o corregir cada punto.
1- No es
verdad que en la escuela española actual predomine un modelo de enseñanza
diferente al tradicional.
Con esta afirmación no estamos de acuerdo ya que, actualmente, los
contenidos no son “desfasados e irrelevantes”. Los profesores actualizan la
materia, los procedimientos y la metodología de transmisión del conocimiento.
De hecho éste es uno de los aspectos que más se han ido modificando, incluyendo
las nuevas tecnologías en el aula y demás recursos para facilitar esta
transmisión de conocimientos.
Respecto a la idea de “identificar el saber con la capacidad de
retener información hasta el día del examen”, creemos que con el actual plan de
estudios Bolonia esto también ha cambiado. Ahora, aunque en la mayoría de las
asignaturas haya que aprobar el examen para aprobar, se tiene en cuenta el
trabajo diario, la asistencia a clase y los trabajos que manda el profesor a la
hora de poner la nota final.
“La mejora de la escuela no es básicamente una cuestión de leyes
sino de cambio cultural, social y comunitario”, con esta afirmación sí que
estamos de acuerdo, es necesario un cambio social y cultural para que funcione
mejor el sistema educativo.
2- No es
verdad que en la escuela española hayan bajado los niveles de exigencia.
Según el manifiesto, el modelo educativo actual provoca que los
alumnos, en vez de un aprendizaje duradero y motivador, lleven a cabo el
estudio mecánico de los temarios para los exámenes y que no comprendan muchos
de los conceptos tratados.
Por otra parte, se introducen cada vez más contenidos y contenidos
de naturaleza más abstracta, que hacen que el aprendizaje de los alumnos
sea cada vez más complejo.
A la hora de trabajar de manera autónoma en casa, muchos leen sin
entender, memorizan textos que para ellos no tiene sentido, si no es para
aprobar el examen y con ello la asignatura. Actualmente incluso muchos padres
ven la dificultad en los libros de texto.
Este punto del manifiesto lleva a la reflexión de nuevas técnicas
y modelos educativos para combatir estos problemas tan frecuentes en las aulas.
Nosotras, al contrario que en el manifiesto, creemos que sería
razonable pensar que el aumento de alumnos por profesor y la disminución de la
plantilla de profesorado pueden afectar gravemente al desarrollo educativo en
el aula. Aunque no sea la única causa del fracaso escolar, sí puede afectar en
varios sentidos, como por ejemplo a la atención particular que recibe cada
alumno.
Es por ello que, en nuestra opinión, tanto la mejora de la
situación en el aula como la reconsideración del modelo educativo tradicional
son factores a tener en cuenta cuando se habla de fracaso escolar.
3- No es
verdad que los alumnos y alumnas de ahora sean peores que los de antes.
Los alumnos de ahora no son peores que los de antes. No podemos
compararlos porque pertenecen a dos épocas diferentes: un régimen autoritario vs una sociedad capitalista. A los alumnos del régimen autoritario se les
representaba como exitosos, pero éste era el objetivo del gobierno de entonces.
Los alumnos de hoy son un reflejo de nuestra sociedad materialista. Hay una
tendencia de juzgarlos en grupo, como un colectivo, si una tercera parte de los
estudiantes representan fracaso escolar, se les considera a la
mayoría como un fracaso escolar.
Estos prejuicios son en mayor medida
resultados de la influencia de los medios de comunicación: el periodismo sensacionalista
que siempre busca el notición. Hay muchos estudiantes que participan en
organizaciones estatales de desarrollo educativo, en competiciones, estudiantes
que ganan medallas en matemáticas, informática, lenguas, etc. Sin embargo los
éxitos de estos estudiantes no se resaltan en los medios, en cambio los
fracasos y los acosos salen en primer plano.
Tenemos que ser más
objetivos y más críticos con la manipulación de la información a la que estamos
expuestos todos los días.
4- No es
verdad que los docentes españoles tengan un exceso de formación pedagógica y un
déficit de formación en contenidos.
No es cierto, si bien es todo lo contrario. Actualmente los
docentes tienen un alto grado de formación en contenidos y un déficit de
formación pedagógica.
La escuela ha de estar centrada en
los estudiantes y en su desarrollo escolar, enfocando las actividades escolares
hacia el desarrollo integral de la persona y no sólo hacia los aspectos
conceptuales y meramente racionales.
La escuela a través de los docentes ha de
favorecer la motivación intrínseca de querer saber, valorando tanto el proceso
de aprender como el resultado de lo aprendido. Así el docente ayuda, guía al
alumno en su crecimiento personal como persona en interacción con sus
compañeros y en conexión con la realidad. El que enseña a aprender ha de ser
una persona con gran vocación y preparación, de ahí que sea necesario un
aumento del número de horas prácticas en la formación inicial.
5- La
escuela y la universidad necesitan un cambio.
La escuela y la universidad necesitan un cambio, pero el verdadero
cambio estaría en la sociedad. Sería necesario un cambio de ideales y valores.
Actualmente se estudia por tener un mejor trabajo, para tener un
sueldo mayor. La motivación debería ser la educación y el aprendizaje en sí
mismo, la mejora como personas o perfeccionamiento. Esto difícilmente es
posible si la educación consiste solamente en memorizar conocimientos teóricos.
Deberían dar más importancia a conocimientos prácticos, muchas veces olvidados.
Además de eso también es importante la educación en valores, en todos los
niveles educativos, y que en los primeros cursos están presentes pero poco a
poco van olvidándose dándose por hecho cosas que no deberían.
No debería concebirse la educación como un negocio ni como una
formación de futuros trabajadores: las personas no somos un producto económico.
Para conseguir esto se necesita la implicación de profesores, pero también la
de la Administración. Y no solo esto serviría, ya que las familias y la
sociedad entera deberían cambiar esta concepción, ya que está perjudicando la
educación.
El manifiesto plantea que algunos principios orientadores
de la escuela que necesitamos son los siguientes:
1. Centrada en los estudiantes y en su desarrollo integral
(corporal, intelectual, social, práctico, emocional y ético).
2. Con contenidos básicos vinculados a problemáticas relevantes de
nuestro mundo, buscando la calidad frente a la cantidad, la integración de
materias frente a la separación.
3. Con metodologías investigadoras que promuevan aprendizajes
concretos y funcionales, al mismo tiempo que capacidades generales como la de aprender
a aprender. Donde el esfuerzo necesario para aprender tenga sentido.
4. Con recursos didácticos y organizativos modernos y variados.
Una escuela que utilice de forma inteligente y crítica los medios tecnológicos
de esta época.
5. Con formas de evaluación formativas y participativas que
abarquen a todos los implicados (estudiantes, docentes, centros, familias y
administración), que impulsen la motivación interna para mejorar y que
contemplen a las personas en todas sus dimensiones.
6. Con docentes formados e identificados con su profesión.
Mediadores críticos del conocimiento. Dispuestos al trabajo cooperativo y en
red. Estimulados para la innovación y la investigación.
7. Con una ratio razonable y con profesorado ayudante y en
prácticas. Con momentos para diseñar, evaluar, formarse e investigar.
8. Con un ambiente acogedor, donde los tiempos, espacios y
mobiliarios estimulen y respeten las necesidades y los ritmos de los menores.
9. Co-gestionada con autonomía por toda la comunidad educativa. Que
promueva la co-responsabilidad del alumnado. Comprometida con el medio local y
global.
10. Auténticamente pública y laica. Con un marco legal mínimo
basado en grandes finalidades y obtenido por un amplio consenso político y
social.
Se puede añadir lo siguientes:
-Con
tiempo para cuidar la motivación de los alumnos, plantear más actividades
prácticas para que los alumnos vean la aplicación en la vida real de lo que
aprenden en la escuela.
-Con
tiempo para trabajar la educación en valores.
-Con
espacio y tiempo para la participación activa de los alumnos, debates, para que se
escuchen sus opiniones e inquietudes.
-Que
se revise la estructuración de los contenidos, sobre todo de los de naturaleza
abstracta.
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