"Una clase dividida" es un documental dirigido y producido por Williams Peters en 1985. Es una propuesta para tratar el racismo y la intolerancia. Relata la puesta en práctica y los resultados de un experimento que llevó a cabo una profesora con su grupo de alumnos, mediante el cual pretendió dar a conocer las consecuencias del racismo. Por el argumento, puede resultar un recurso de gran utilidad para trabajar la sensibilización tanto en el grupo general de los alumnos como en los profesores.
Educar para la paz, no solo con palabras, sino con hechos.
Este documental muestra un experimento realizado en Estados Unidos durante la semana mundial de la hermandad en 1968.
Jane Elliott creo un microcosmos de la sociedad en una clase dividiendo a sus alumnos.
El primer día los niños de ojos azules son "superiores", teniendo más tiempo de recreo, pudiendo comer más y otros beneficios. Los de ojos marrones no salen a patio, no pueden jugar con los otros niños y tienen que llevar un pañuelo para que se les vea de lejos. El segundo día se intercambian los papeles.
Los vídeos muestran cómo se produce la segregación por una mera característica física. Vemos también como cada niño asume el rol que le dicen que tiene que asumir y cómo los clasificados como más listos obtienen mejores resultados: efecto Pigmalión o profecía autocumplida.
Impresiona la rapidez con la que las ideas y el comportamiento cambia por unas cuantas palabras de la profesora. Este experimento es muy útil para darnos cuenta de la discriminación presente en la sociedad. Nos parece absurdo discriminar a niños por su color de ojos, pero ¿que diferencia hay con la piel u otras características?
Me parece muy útil que se aplique en prisiones, y me parece interesante cómo funciona también en adultos a la hora de tomar conciencia. De ahí la importancia de intervenir en niños.
Muchas veces en nuestra vida cotidiana juzgamos por características físicas y no nos damos cuenta que el valor de una persona no tiene que ver con eso. Este ejemplo es con el color de los ojos, pero la sociedad lo hace con la piel, el pelo, la cara, el tamaño o incluso con características psíquicas. Por eso todos deberíamos hacernos conscientes del comportamiento o creencias que tenemos, para no permitir manifestaciones discriminatorias como las que vemos día a día en nuestro entorno cercano. Debemos ir más allá de las palabras y demostrar con hechos.
El documental transmite igualdad, respeto por los demás, tolerancia, convivencia y cooperación, paz.
La metodología usada por Jane parte de un enfoque socio-afectivo: combina el aprendizaje cognoscitivo (por información) con el aprendizaje vivencial. Así se produce empatía: un sentimiento de correspondencia, de compromiso con el otro. La mejor forma de aprender es haciendo uno mismo, viviéndolo y experimentando sentimientos propios.
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